lunes, 21 de octubre de 2013

Cianuro en Gotas XXIII

El abandono total en que Henrique Capriles, el Enchufado Oral, tiene al estado Miranda se nota en el crecimiento exponencial de la inseguridad. La entidad prácticamente no tiene policía regional y la poca que existe es para actuar de guardaespaldas de los capos de Primero Justicia. La ineptitud y negligencia de los mediopollos de Capriles, que son quienes gobiernan en Miranda, han transformado a Barlovento, de tranquila región semirrural, a la zona más peligrosa del estado, que es lo mismo que decir de toda Venezuela, pues Miranda es la entidad más insegura de todo el país. Varias bandas armadas lo controlan todo, desde el microtráfico de drogas, a los asaltos en la autopista y el cobro de vacunas a los empresarios. La situación es tan dantesca que un periódico como El Universal, que no sólo es opositor si no aliado de Capriles, destaca que Barlovento desplazó al Tuy como lo más peligroso de Miranda.

Es increíble la protección que reciben los delincuentes que, disfrazados de deportistas, le robaron a Venezuela no menos de 60 millones de dólares. Estos hampones, falsificando firmas, forjando documentos y, sin lugar a dudas, con respaldo de funcionarios, estafaron a Cadivi una suma gigantesca. Aunque parezca increíble, aún no se sabe el nombre de esos criminales y, aunque las autoridades dicen que están presos, las versiones que circulan entre los reporteros de sucesos es que están libres, gozando de medidas sustitutivas a la privación de libertad, comprando policías y fiscales, pues les sobra dinero para hacerlo. Esta monumental estafa está desvelando la increíble corrupción que reina en el deporte organizado, donde las federaciones reciben grandes sumas y no rinden cuentas. En cualquier momento se sabrá que los pilotos responsables de esa estafa ya huyeron del país, pues disponen de fondos sobrados para ello. Resulta in creíble que unos malandros de tanta envergadura reciban tal protección que ni siquiera dicen sus identidades.

Ya transcurrió más de un mes desde que el 18 de septiembre pasado, Luisa Ortega Díaz prometió dar los nombres de los autores intelectuales de los sucesos del 15 de abril, cuando numerosos chavistas fueron asesinados por hordas opositoras, que seguían la orden de drenar arrechera dada por Henrique Capriles, el Enchufado Oral. De acuerdo con la petulante gacetilla enviada por Prensa del Ministerio Público, Luisa Ortega "indicó durante una reunión con los familiares de las víctimas de los hechos del 15 de abril que la institución está trabajando en eso y en los próximos días vamos hacer importantes anuncios respecto a esta investigación". Se trata de un embuste más de esa funcionaria, cuya única función parece ser guaralear toda investigación que comprometa a la oposición, incluyendo asesinatos como el de Danilo Anderson.

Al menos siete avionetas del narcotráfico han sido derribadas por la Fuerza Armada en pocos días. Es un éxito importante en el combate contra la droga. A ese paso, el espacio aéreo venezolano pronto quedará libre de narcovuelos y se reducirá el peso del país como vía de paso de la cocaína colombiana hacia EEUU y Europa. Lo que sorprende y molesta es que los voceros militares se niegan a capitalizar esos éxitos y emplean eufemismos ridículos, como "inmovilizar" o "inutilizar" para referirse al derribo de esas aeronaves. Se trata de una victoria del país y de su Fuerza Armada y, no obstante, cuando se informa se hace tímidamente, con vergüenza y como si se hubiera perpetrado un crimen en lugar de evitarlo. No hay razón para disimular y usar términos cursis, cuando se trata de tumbar aviones cargados de droga y también debe informarse, con orgullo, de las bajas causadas a los carteles.

En Venezuela, la corrupción genera cosas extrañas. Por ejemplo, Sidor realiza con éxito algunos operativos para vender cabillas directamente a las comunidades, para evitar el cerco de las mafias que controlan la venta de ese insumo y del cemento. Es insólito que mientras el gobierno realiza un enorme esfuerzo para dotar de vivienda a los ciudadanos, unos hampones con alto poder político se estén lucrando con el acaparamiento y la venta con sobreprecio de dos rubros indispensables en la construcción. En Guayana todo el mundo sabe quiénes son los capos de esas mafias y los altísimos cargos que ocupan. Sin embargo, obran con total impunidad y nadie parece atreverse a enfrentar a unos criminales que le causan tremendo daño a la nación.

Cada día Álvaro Uribe Vélez está un poco más cerca de la cárcel. A pesar de la protección que recibe de todas las instancias del narco Estado colombiano, los hechos que se van revelando permitirán que Juan Manuel Santos logre su objetivo: encerrar al ex Presidente. Uno de los más altos jefes de los paramilitares, Pablo Hernán Sierra, alias Alberto Sierra, confesó que Uribe es el jefe máximo, la cabeza del paramilitarismo. Simultáneamente, el hermano menor del ex jefe de Estado, Santiago Uribe Vélez, está siendo judicialmente investigado por sus nexos con los paracos. Santiago, hermano menor de Álvaro, está señalado por un ex jefe policial de pagarle sobornos mensuales a cambio de que cooperase con las "autodefensas" de su zona, de las que Santiago era uno de los jefes más activos.

Un solo incidente delictivo se produjo durante el simulacro de votación del pasado domingo. El delincuente, de nombre Carlos Lucero León, se robó materiales electorales en la Unidad Educativa Carlos Diez del Siervo del estado Falcón. El hampón fue capturado por los militares y colocado tras las rejas. Aunque el Ministerio Público no lo ha informado oficialmente, ese forajido ya está libre, no será imputado, no tendrá que someterse a un juicio ni nada por el estilo. El manto protector que Luisa Ortega Díaz tiene sobre los capos escuálidos hace que en los numerosos procesos electorales celebrados durante los últimos 15 años, no hay ni un solo enjuiciado. En todas las votaciones, la oposición comete delitos que quedan impunes en el cien por ciento de los casos. La Fiscal mantiene todo en secreto, que es lo normal cuando se delinque.

La ausencia de Venezuela y otros países con gobiernos decentes marcó el descomunal fracaso de la Cumbre Iberoamericana en Panamá. La misma sirvió para que algunos mandatarios hicieran turismo, se echaran palos y descansaran. Las Cancillerías latinoamericanas deberían ir pensando en bajarle la santamaría a esas cumbres inútiles, que para lo único que servían –ya ni para eso- era para que el reyezuelo español agarrara descomunales borracheras fuera de su país y con la máxima discreción.

El gobierno colombiano se mantiene en su estrategia de involucrar a Venezuela en su guerra civil. Las autoridades diplomáticas y militares de Colombia se mueven para convencer a Venezuela para que realice maniobras militares conjuntas con las fuerzas armadas colombianas. Los gobernantes del vecino país hasta quieren que la Aviación venezolana realice simulacros de bombardeos contra la guerrilla. La excusa de las buenas relaciones existentes entre las dos naciones es tapadera para meter a Venezuela en el bando de los malos en ataques, inicialmente simulados, desde los dos países a los grupos que intentan liberar a Colombia de la criminal oligarquía que, ahora aliada al narcotráfico, gobierna en Colombia desde la época colonial.

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Cianuro en gotas apareció en diciembre de 2001, cuando la debilidad mediática del chavismo era absoluta. Lo elaboraba la misma Unidad de Análisis que aún ayuda en su preparación. Actualmente, hay un cerco electrónico contra el periodista Alberto Nolia, promovido por Tareck el Aissami, quien intenta silenciarlo en los medios digitales, tras haber logrado el cierre de Los papeles de Mandinga en VTV. Es un claro e inconstitucional intento de censura por parte de un funcionario. Para romper ese cerco, agradecemos que envíe estos textos a su lista de correos, esté o no de acuerdo con su contenido.



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