Cianuro en Gotas XXXIX

La gusanera en Estados Unidos ya no sabe qué inventar. Los capos del "exilio" sienten tal desprecio por la inteligencia de los venezolanos en Miami que inventan las cosas más absurdas, sabiendo que la inmensa mayoría de ese grupo se lo creerá. La última fue que Nicolás Maduro, en cadena de radio y televisión, ordenó a los chavistas asaltar, saquear y destruir las tiendas de línea blanca. Es el disparate más increíble, salvo para locos idiotizados por años de prédica del odio escuálido. Dónde se ha visto que un gobierno llame a saqueos populares, cuando si esa fuera la intención simplemente decretaría la confiscación y usaría la fuerza pública. De acuerdo a la versión gusana, el rrrégimen quiere quedarse con esos locales y de ahí que llame a destruirlos. Una lógica de coger palco...

Nicolás Maduro anunció otro sector estratégico donde se vigilarán los precios de los rubros importados con dólares de Cadivi: repuestos y cauchos. Es un sector donde la especulación es tal que más bien parece un atraco a mano armada. De hecho, en su sabotaje, los repuesteros se niegan a vender y dicen no tener determinadas piezas, porque el gobierno impide traerlas. Para más inri, los incendiarios del Ministerio de Comercio ordenan a las aduanas impedir la entrada al país de repuestos importados directamente por los dueños de máquinas y vehículos, puesto que buscan que se pare la industria pequeña y el parque automotriz.

Hasta ahora, las inspecciones por especulación y usura se producen sólo contra empresas de capital venezolano. Parece que hay gente en el gobierno que le tuviera verdadero culillo a meterse con las transnacionales. Por ejemplo, le tienen pánico a las automotrices. Esas empresas, por décadas han sobornado a los funcionarios de Comercio, para impedir que se importen vehículos usados, pese a que ello significaría un colosal ahorro de divisas. Pero la platica que reciben los burócratas impide que se defienda el interés nacional. Esos hampones del automóvil, prevalidos de altos empleados públicos comprados, son los que hacen que en Venezuela un vehículo como el Toyota Corolla,  que en Panamá o Colombia cuesta 17 mil dólares, se venda a casi 100 mil.

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Otras transnacionales con amplia protección oficial gracias a los sobornos son las aerolíneas. Con la excusa de una devaluación del 46 por ciento, aplicaron aumentos de pasajes que no bajan del 400 por ciento. Además, restringen la oferta y generan una brutal escasez, ante la mirada cómplice de altos funcionarios que, encima, dicen públicamente que serán los gestores de esas empresas para que Cadivi les dé miles de millones de dólares. Lo mismo sucede con delincuentes como HP o Epson, que elevaron sus precios en un 700 por ciento, pese a que el cien por cien de sus productos se importa con dólar fijo, a 6,30 bolívares.

Es evidente que los "deportistas" que le robaron a los venezolanos más de 60 millones de dólares gozan de la protección de alguien con mucho poder e influencia. El tema salió de la agenda, ninguna autoridad habla de este asunto, nadie sabe si los criminales están presos o, más probablemente, ya pegaron la espantá. Es indignante que un robo de ese tamaño pueda quedar impune. Porque va a quedar impune.

Indudablemente que las inspecciones a las comercializadoras de línea blanca están dando buenos resultados. De hecho, y salvo algún escuálido enloquecido, la generalidad de los opositores de a pie defiende las acciones contra especuladores y usureros, que roban por igual a chavistas y antichavistas. Eso hace que los capos de la MUD sean tímidos en sus declaraciones, aunque apoyan a los comerciantes ladrones, que actúan por orden de ellos. Jamás en la historia de Venezuela se había visto que en plena campaña comercial navideña, las tiendas de electrodomésticos ofrezcan descuentos en todos su productos que van del 30 al 70 por ciento. Y eso en medio de un auge de compras, que de no ser por el miedo a las sanciones provocaría alzas adicionales de precios. De hecho, los comerciantes que se conformen con un margen razonable de ganancia en sus ventas, tendrán una navidad extraordinaria y se meterán mucho dinero sin necesidad de ro bar.

Otra vez saltó Mauricio Tancredi, el capo de Consecomercio, a demostrar su condición de puntofijista congénito. Ahora dice que los precios no deben ser decretados, sino consensuados entre el gobierno y los empresarios. Esos reptiles creen que todavía estamos en los tiempos en que el empresariado le daba órdenes a los presidenticos de la IV República. Siempre hablan de esos consensos espurios, donde los comerciantes y los gobernantes que se les subordinaban, decidían las cosas al margen del pueblo ¿Dónde está el ciudadano, el consumidor, en los consensos que propone Tancredi? Porque, además, esa gentuza no quiere diálogo entre gobierno y empresarios, sino entre el gobierno y ellos, como si de verdad representaran a alguien.

Es que no aprenden. Siguen deteniendo e imputando a empleados de las grandes tiendas de electrodomésticos. Ellos no fijan los precios ni se benefician con las especulaciones y demás robos. Son los dueños, los accionistas, los que se benefician con los crímenes contra los consumidores, los que tienen que ir a la cárcel. Los encargados son trabajadores, que ganan sueldos míseros y, encima, tienen que actuar en defensa de sus patronos. De hecho, los dueños están tranquilos y listos para repetir los delitos, puesto que a ellos no les pasa nada y les tiene sin cuidado lo que suceda con sus asalariados. Pero llega un fiscalito corrupto –valga la redundancia- que para martillar se lleva detenido a ese pobre trabajador mal pagado, porque el dueño no está donde hay riesgo. La realidad es que nuestro honorable Ministerio Público hasta ahora no ha apresado a ningún empresario importante. Se conforman con chinos al estilo de Recadi. Po drían empezar con los capos de las grandes cadenas de línea blanca, de computación, de automóviles y de líneas aéreas. Pero en esa institución predomina la corrupción y la cobardía.

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Cecilia García Márquez, la acomplejada que se hace llamar Cecilia García Arocha, como si fuera hermana de su apá, nuevamente conspira para otro paro universitario, pues considera que ello favorece sus aspiraciones de candidata presidencial. Esa ladrona causó un daño irreparable a miles de estudiantes, que perdieron seis meses de su vida por la desmedida ambición de esa rectora. Ahí tampoco actúa el Ministerio público ni las autoridades cortan el dinero para esos antros en que hampones como la García Márquez transformaron a las universidades.

Es que son animales. Esos capos escuálidos que llaman brutos y patenelsuelo a los chavistas son los mismos que cada vez que abren la boca sueltan una demostración de ignorancia. Una bestia llamada Mariano Herrera, vocero de la MUD en materia educativa, critica los planes de actualización que desarrolla el gobierno y dijo, así como suena, que había que diseñar un currículo por gente con "experticia". Varios de esos genios, encabezados por Alberto Quirós Corradi que lo dice a cada rato, confunden experiencia con experticia. Esto último es el informe o revisión que hacen los expertos. Lo que sorprende es que tamaño disparate lo diga un educador, que por lo visto lo único que puede enseñar es a patear el idioma.

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 Cianuro en gotas apareció en diciembre de 2001, cuando la debilidad mediática del chavismo era absoluta. Lo elaboraba la misma Unidad de Análisis que aún ayuda en su preparación. Actualmente, hay un cerco electrónico contra el periodista Alberto Nolia, promovido por Tareck el Aissami, quien intenta silenciarlo en los medios digitales, tras haber logrado el cierre de Los papeles de Mandinga en VTV. Es un claro e inconstitucional intento de censura por parte de un funcionario. Para romper ese cerco, agradecemos que envíe estos textos a su lista de correos, esté o no de acuerdo con su contenido.

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